Doce segundos más de margen para Nibali. No creo que con ellos vaya a ganar la Vuelta, pero sí que le ha tenido que dar un empujón moral de cara a la etapa de hoy. No es extraño lo sucedido. Nibali es un corredor muy hábil y con mucho oficio en esta clase de llegadas, habituales en el Giro de Italia. Y también tienen mucha maestría en ellas sus compañeros, que le han llevado arropado, siempre entre los diez primeros del pelotón, en los último 18 kilómetros, sabedores de era muy probable que se provocara el corte. Por contra Mosquera, un corredor a gasoil, no tiene explosividad en estas rampas cortas y su equipo también carece de destreza para esta clase de llegadas.

Pero, como dije, Mosquera no va a perder la Vuelta por esos doce segundos. Su táctica tendrá que ser la misma: intentar atacar de lejos, aunque sea en el último puerto. No puede esperar a los tres últimos kilómetros. Debe buscar la marcha que encontró en Pal para provocar el hundimiento de Nibali. Si esto sucede, sí puede sacarle más de esos 50 segundos que tiene que recuperar. Yo espero hoy una etapa movida y bonita. Hay gente (Sastre y Frank Schleck, por ejemplo) interesados en gastar su último cartucho y otros que tratarán de defenderse.