En el Valencia se frotan las manos con las actuaciones de Aduriz. Cada gol suyo se recibe como un logro (o alivio) para los que de verdad apostaron por su fichaje, por los que vieron más allá de sus registros anotadores en anteriores campañas y apostaron ante el presidente porque los superaría vistiendo de blanquinegro. Aún no lo ha hecho, pero va en camino con tres goles en el primer mes de competición. Y eso no va en merma de Soldado, del que nadie duda porque no hay razón para ello. Cada minuto que están juntos sobre el campo más convencen a Emery de que ésa es una fórmula ganadora y de que para los rivales que se cierran, los dos arietes son muy difíciles de frenar y dan infinidad de opciones al ataque porque se complementan de maravilla.

P or ese motivo, una de las voces autorizadas del vestuario ché reflexionaba ayer "harán 16 ó 18 goles cada uno, seguro". Y si es así, en Soldado no será noticia, pero sí en Aduriz al que sus equipos no le han terminado de acompañar para que luciera todo lo que podía. Pero si repasamos su trayectoria, siempre ha estado para dar el salto, pero le faltó el respaldo suficiente. Eso sí, hace años el Athletic ya pagó tres millones por él al Valladolid en el mercado invernal, el mismo dinero que los chés han abonado ahora y entonces jugaba en Segunda. El Mallorca subió su cotización, aunque luego no pagara el traspaso, señal de que su caché iba en aumento, pero le faltaba subir el último peldaño. Mestalla supone ese salto y se está viendo que no va a fallarle a nadie.