Y Red Bull nos sigue dando alas

Y Red Bull nos sigue dando alas

Fernando Alonso ha minimizado magistralmente los daños de un circuito que le era menos favorable que a sus rivales. Acabar tercero tras los Red Bull era el mejor resultado posible a la vista de la manifiesta superioridad de los coches de Webber y Vettel. Hizo una carrera consistente y siempre al ataque, manteniéndose al quite por si se producía cualquier error de los dos pilotos que le precedían, la única posibilidad para pretender sobrepasarles. No llegó ese fallo, así que estar en el podio fue magnífico, sobre todo porque el ganador fue Vettel y no Webber, con lo que el australiano le sacó menos puntos de los que hubieran podido ser de haber vencido. Así, aunque empatado ahora a puntos con el alemán, se mantiene segundo y en la pomada

Y es que la gestión que Red Bull hace de la pugna particular de sus pilotos puede ser favorable para el español. Dentro del espíritu de la competición es intachable e incluso encomiable, porque están respetando las oportunidades de ambos (aunque no tengo demasiado claro si con la intención de que su predilecto, Vettel, siga vivo en el campeonato). Son más peligrosos, sin embargo, los efectos de esta política para los intereses de la escudería, porque los puntos que se quiten entre ellos permitirán al de Ferrari acercarse, pasito a pasito, al líder. La situación me recuerda a la de McLaren en 2007; entonces eran Hamilton y Alonso los que andaban a la gresca y al final llegó Raikkonen para robarles la cartera. Ganó un coche rojo. Ojalá la historia se repita