Los dos gallos frente a frente

Los dos gallos frente a frente

Se configura una buena temporada; el Real Madrid ha alcanzado su punto de cocción, su temperatura, y el equipo está contento. El Barça viene del año pasado, es un gallo conocido, y por eso lo tiene peor. Al Real Madrid de Mourinho le viene bien la novedad: entra por donde quiere, es inesperado; es un equipo sin apellidos. Mientras que el Barça de Guardiola tiene las cartas marcadas. En esos espacios se mueve ahora el campeonato, en el de las cartas nuevas y en el de las marcadas. Lo tiene mejor, claro, el que puede sorprender, y le cuesta más al que ya tiene una memoria del ataque y una referencia de la defensa. Lo que pasó en Zaragoza con el Barça se parece a lo que le pasaba al Real Madrid hace unas temporadas: ya sabían cómo iba a venir, y el equipo tenía que improvisar, o arrugarse. Fue inteligente la jugada de Guardiola; tendrá que hacerlo más veces.

Es lo que tiene el fútbol clásico, el que nos gusta: que se convierte en un patrón, y en algún momento se desmandan los otros marineros. Va a sudar tinta Guardiola porque lo que ahora se le ocurra tendrá que cambiarlo otra vez, y así indefinidamente. Mourinho confía en la fuerza del ataque, y ya tiene enchufado a Cristiano. Al Barça le hace falta enchufar a Villa, que es un engranaje precioso pero aún chirriante en esa delantera en la que siempre está Messi al acecho. Cuando ese factor esté en marcha hablamos. Mientras tanto que no se crean que un gallo es mejor que otro tan sólo porque le cante más el marcador.