Una jugada que vale por diez

Una jugada que vale por diez

En el deslumbrante inicio del Real Madrid, el más destacado fue Mesut Özil. Aún estábamos descubriendo la rendija por la que encontró el camino del segundo gol, cuando se marcó una jugada de esas que definen a un futbolista. Caño, pisada de balón y cambio de juego de treinta metros. Todo ocurrió en apenas tres segundos. Suficiente para demostrar que maneja bien las dos piernas, que domina el regate corto y que tiene una excelente visión de juego. Algo que descubrió el Bernabéu desde su debut, de ahí el permanente idilio con la grada. Visto lo que ocurrió después, su jugada alcanza todavía un mayor valor porque en lo que restaba de partido su equipo no iba a deslumbrar.

Y aún pudo poner la guinda en la segunda parte con otro tanto. Pero le fallaron las fuerzas en el último momento cuando llegó el instante de rematar el balón. Puestos a buscarle defectos, el alemán deberá mejorar un poco su condición física. Ayer no tuvo descanso en los minutos finales y se notó más el bajón que suele tener en las segundas partes. Todo indica que mejorará con el paso del tiempo, del mismo modo que lo ha hecho su función para el equipo. Desde que Mourinho le ha otorgado más libertad de movimientos, su juego ha crecido. Eso le permite asistir, pero también pisar el área y coquetear con el gol. Sin duda estamos ante uno de los fichajes que aportan al Real Madrid un valor añadido.