El Deportivo vivió su día perfecto

El Deportivo vivió su día perfecto

El Deportivo vivió ayer una tarde de gloria, de esas que dejan muy satisfecho al aficionado aunque el fútbol de los de Lotina no fuese precisamente de alta escuela. Los coruñeses, después de pasar las de Caín, enlazaron ante el Levante su segunda victoria consecutiva de la Liga. Tres puntos de oro ante un rival directo que permiten al Depor abandonar los puestos de descenso y dejar el infierno a dos puntos de distancia. El triunfo ante Sergio y compañía rompe además con casi un año sin ganar fuera de casa, 343 días de lastre que pesaban demasiado.

Los detalles de la victoria son casi todos positivos. Marcó Riki, lo que afianza al madrileño y, en cascada, a los delanteros tras el tanto de la pasada semana de Adrián. El otro gol, perdón golazo, tiene todavía más significado. Fue obra de Aythami, con lo que en dos partidos ya han marcado los tres centrales de Lotina. Además, tras el tanto, nuevo abrazo en piña con el técnico en el banquillo, como hace una semana en Riazor. La unión es real, por si a alguien le quedaba alguna duda. El único pero, por buscarlo, fue la angustia final y el gol encajado por Aranzubía. El Depor vivió un día perfecto con su defensa de cinco y la única pregunta es por qué Lotina no la utilizó antes.