El Almería necesita un proyecto

El Almería necesita un proyecto

Desde que se marchó Unai Emery, el Almería no ha sido capaz de dar con un entrenador capaz de diseñar un proyecto a medio y largo plazo. Este papel, en teoría, estaba destinado para Gonzalo Arconada, pero el vasco no cuajó. Desde entonces, Alfonso García ha entrado en una dinámica de apostar por motivadores y apagafuegos, pero no por preparadores con miras de futuro. Llegó Hugo Sánchez y los futbolistas empezaron a decir sobre él que era un "fenómeno"... hasta que dejaron de decirlo. El azteca cayó y vino Lillo con el renovado y peligroso rol de amigo de los jugadores. El equipo reaccionó y el de Tolosa ejerció de futurólogo: "Habláis del 'efecto-Lillo' y dentro de poco os vais a referir al 'defecto-Lillo". Sin duda, un visionario.

Gorosito ofrece proyecto, transmite fiabilidad y ya conoce la Liga española. Lo que hizo la temporada pasada con el Xerez fue funambulismo sobre la hierba, un milagro deportivo. Convirtió en competitivo un equipo que era un verdadero desastre y trajo a Jerez tales aires de ilusión que obró el milagro de conseguir mover en la última jornada hasta Pamplona nada menos que a 2.000 seguidores. Lo nunca visto. El Almería no necesita un bombero. Necesita un técnico que ponga la primera piedra para construir un edificio sólido, no una casita de paja. En sus cuatro campañas en Primera nunca estuvo acostumbrado a sufrir por el descenso. Gorosito sí sabe nadar en esas aguas bravas y revueltas. Ya sabe como ganar la orilla sin morir ahogado.