El tiburón ya enseña su aleta

El tiburón ya enseña su aleta

El partido ante el Málaga, al margen de tres puntos vitales, dejó otra gran noticia para el Deportivo: Pablo Álvarez. El tiburón asturiano dispuso de unos pocos minutos, pero le bastaron para dejar en al retina de Riazor un auténtico golazo que lo tiene todo: control perfecto, tacón, toque con ambas piernas y definición exquisita. Si lo hubiese marcado Messi o Cristiano, no duden que los minutos de televisión se hubiesen multiplicado por mil, pero fue de Pablo. El gol le sirve para subir la moral, que ciertamente tiene que estar tocada. No ha sido titular en Liga y las estadísticas, al margen de algún lesionado, lo señalan como el último de la fila. Hasta ahora sí, pero seguro que ese gol hará que Lotina abra un poco más una puerta que hasta ahora ha estado cerrada.

Pablo Álvarez ha dejado muestras de su calidad desde que llegó al Depor, pero a cuentagotas. Un regate soberbio, un toque sutil, un golazo, detalles a los que le falta continuidad y que poco a poco le han ido relegando al papel que más odia un futbolista: revulsivo. Hace dos años empezó la Liga de titular, por delante de Lafita, pero el maño le terminó arañando el puesto. El año pasado jugó 28 partidos, pero sólo 17 de titular. Pero Pablo, como su fútbol, va de cara, y no oculta que Lotina le dijo a la cara cuál iba a ser su papel. Lo bueno, y Pablo lo sabe, es que el de Meñaka cambia de opinión cada dos por tres; vamos, que lo que hoy es blanco, mañana es negro. El tiburón ya ha asomado su aleta y no duden que su única intención es hacerse con la presa: la titularidad.