Ayer el fútbol femenino debutó en el Foro Ferrándiz-AS. Y lo hizo con éxito y, sobre todo, con muchas ganas de hacerse oír. Tres mujeres con las ideas claras nos expusieron la situación del fútbol femenino en España, cada una desde su punto de vista. La abogada María José López aportó su impagable conocimiento sobre el derecho deportivo en el paso hacia la profesionalización de las jugadoras. Lola Romero compartió su experiencia de 10 años como presidenta del Atlético Féminas. Y Natalia Pablos, capitana del Rayo, narró en primera persona lo que realmente se cuece, a pie de campo, en este deporte. A todas ellas les mueve su complicidad con el fútbol femenino, lo mismo que a los que acudieron ayer a la Fundación Ferrándiz. Me alegró ver a Alejandro Blanco, presidente del COE, a representantes de la AFE y a presidentes de clubes. Por eso ayer tuve la sensación de que ha llegado la hora de dar el salto definitivo.

Y el fútbol femenino no puede perder este tren, que llega con el anuncio de que Teledeporte ofrecerá cada sábado a partir de enero un partido de la Superliga. Lo ha hecho posible la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que delegó en una empresa la difícil tarea de conseguir un patrocinador. Por eso sorprenden actitudes de la RFEF, denunciadas ayer, como que arbitrar un partido a las chicas en la Superliga no le puntúe a un colegiado. Reproches aparte, es un fallo enorme, no entro a valorar de quién, que no exista un diálogo fluido entre la gente del fútbol femenino y la RFEF. Y, además, no cuadra habiendo visto en los últimos años incorporarse en las selecciones femeninas profesionales de la talla de Manuel Amieiro y Ángel y Jorge Vilda. El tren del fútbol femenino necesita todos sus vagones para no descarrilar y no se puede permitir el lujo de prescindir del trabajo de nadie. El éxito de su despegue depende del diálogo.