Benzema: era el día para lucirse

Benzema: era el día para lucirse

Antes de sacar conclusiones generosas del tipo Benzema es un genio porque le metió un 'hat-trick' al Auxerre, hay que reconocer que el Zaragoza tiene mucho por corregir. O incluso que fue el peor equipo con el que se ha enfrentado el Madrid esta temporada. El primer gol lo dejó claro: Özil recibió el balón sin lateral o mediocentro a la vista. Al parecer, los maños decidieron que la mejor manera de sorprender al Madrid era lanzarse al ataque sin orden, kamikazes vestidos de blanco en busca de algún gol o de esa confianza que hace tiempo que perdieron. Se convirtió pues en un partido en el que es fácil esconder las deficiencias y en el que se puede probar, por ejemplo, el valor de Arbeloa y la fortaleza de Benzema.

Arbeloa es competitivo, nunca resta y, si tiene un buen día, además añade: así se le considera en el cuerpo técnico blanco que hacía semanas planeaba un cambio en el lateral derecho. Ayer le tocó ser el defensor que siempre se quedaba atrás porque Marcelo se sintió tan a gusto que se olvidó de ataduras tácticas y se le vio más a menudo en el área contraria que en la propia.

Era uno de esos días para decirle al brasileño: "Bueno, OK, que se divierta". Y lo de Benzema no es para desesperarse pero casi. Era su partido, uno para buscar otro hat-trick, pero parece que cada pase que no recibe o cada ocasión que falla es una piedra en una bolsa invisible que lleva a la espalda. Y la cabeza, que no las piernas, le empiezan a pesar hasta que hay que sustituirle. O dejarle para que no crea que no se le tiene confianza, que eso también le mata. Ayer vi el partido con Suker que dejó caer una sentencia no sólo referida a Benzema, pero adecuada para este Expediente X y que, no por repetida, es menos válida: "Hay jugadores que son muy buenos con otros equipos sin presión y otros que se ciegan en equipos grandes". Será eso.