Un guiño entre corchetes

Un guiño entre corchetes

El Barça estaba buscando un paréntesis y anoche se encontró con que se le abrían dos corchetes. Un respiro casi, después de una agitada temporada de goleadas virtuosas. Acaso precisaba un partido así, tan placentero, y tan difícil, sin embargo, que tuvo su metáfora mayor en un lance lateral del juego: cuando Caparrós decidió bromear con su antiguo pupilo, Dani Alves, a quien le hurtó la pelota, hasta que se la devolvió y le envío un guiño simpático al entrenador rival, Pep Guardiola. Quizá el Barça necesitaba este respiro y los banquillos estaban ansiosos por esta broma que compartieron los preparadores contendientes.

El partido? Fue un partido de Copa, pero como no como los que antes jugaba el Athletic frente al Barcelona. Fue un partido amistoso, en el sentido más competitivo de la palabra. Los futbolistas explicaron en el campo las lecciones recibidas, fueron fieles a sí mismos, pero estuvieron nublados sobre todo en los últimos metros, e incluso en los penúltimos. El Barça no rompió, como si estuviera dentro de un cascarón, y el Athletic disfrutó haciendo lo mismo. Era un encuentro de guiños, como el de Caparrós a Guardiola. ¿Aburrimiento? Pues sí. Lo que pasa es que ya parece que lo reclamaba el cuerpo.