La fiebre del oro en Málaga

La fiebre del oro en Málaga

Hierve Málaga, es la fiebre del oro. Por acontecimiento inesperado, la cascada de fichajes (Pellegrini, Maresca, Demichelis, Asenjo, Baptista), de proyectos (un estadio de 65.000 personas como guinda) y de sueños (un club de Champions en cuatro años), tiene a la ciudad en estado de shock, a medio camino entre la ilusión y la incredulidad. Que esto le esté pasando a Málaga, una ciudad que sufrió la desaparición de su querido Club Deportivo y que remontó en condiciones precarias en los noventa, es un acontecimiento histórico. Por eso hay quien intenta ver por detrás algo que tal vez no haya. Tal vez Málaga ha encontrado al fin un Midas que le devuelva lo que ha tenido que ir trampeando en su historia. Todo es tan impredecible...

Es evidente que en los modelos de club preferidos por el jeque no debe estar el Sevilla, cuyo crecimiento empezó por abajo, con un cultivo profundo y sutil de la cantera, con estrellas salidas del barro que son las que ahora pretende los jeques del fútbol (qué estupendo el regreso de Navas). El Sevilla empezó por el subsuelo y por titubeante que esté ahora, nadie se debería molestar por que presuma de logros: es el club que más ha ganado en el último lustro después del Barça. Ahora anda menos seguro pero está en la defensa de su última gran conquista: la Copa. Manzano no lo vivió porque ya lo habían destituido, pero un Málaga-Sevilla es mucho más que un partido en La Rosaleda. Pero para Del Nido y el sevillismo, defender un título es orgullo de raza.