Pedro de la Rosa, salvo sorpresa, volverá a ocupar el puesto de tercer piloto de McLaren. Una decisión acertada. Su intención era competir, pero hacerlo a cualquier precio era un error. No tiene sentido que un piloto de su capacidad y su experiencia se arrastre por los circuitos con un monoplaza no competitivo. Un deportista debe aprovechar cualquier oportunidad cuando tiene todo por demostrar, y ése no es su caso. Su sueño es estar en una parrilla, pero ¿le satisfaría hacerlo sabiendo que sus opciones son nulas? Mucho sufrimiento para un ganador

El deporte es cruel y el prestigio que Pedro se ha ganado durante años podría verse afectado con otra temporada como la pasada o peor. Por eso me llevé una alegría cuando me dijo que Hispania no entraba en sus planes y me la vuelvo a llevar ahora confirmando (como él mismo ya nos insinuó) que le esperan en McLaren. Se ha quitado el mono de pilotar probando los Pirelli, podrá contribuir a un proyecto ganador como el de la escudería inglesa y, quién sabe, podría incluso llegarle la oportunidad de correr con un coche de nivel. Entonces sería el momento de demostrar de lo que es capaz, nunca en una cafetera con ruedas