Me consta que Mourinho ha hecho todo lo posible por recuperar la mejor versión de Kaká. El problema es que el Kaká que vino al Madrid no era ni una mala fotocopia del jugador esplendoroso que una noche puso en pie Old Trafford hasta ganarse el derecho a recibir el Balón de Oro de 2007. El brasileño apostó muy fuerte por el Mundial de Suráfrica y el que ha pagado la factura ha sido el club que invirtió 67 millones de euros por contratarlo. En Riazor se vio que no está para las noches de alta velocidad. En un partido de alto ritmo de competición, Kaká queda en evidencia...

Les doy una prueba más. En Lyon, pese a que el Madrid se jugaba media temporada, nadie especuló con su posible titularidad. Era suplentísimo sí o sí. Pues no vi a un solo madridista quejarse por ello. Está, pero no se le espera. Mou quiso reactivarle emocionalmente dándole la titularidad en Coruña, pero esa generosidad la pagó cara el equipo. Hasta que salió Adebayor en su lugar, el partido iba con una marcha por debajo. Sin Kaká, llegó el A mí Sabino que los arrolló y el arreón final que entusiasmó a la afición blanca pese al empate. Vean la desesperación de Mou con el brasileño en el momento del cambio: "¡Sal ya!". El técnico está enchufado. Kaká, no. Ricardo, no has cumplido. Y lo sabes.