A falta de disponer de más informes médicos, el principio de prudencia y, evidentemente, de esperanza, nos mantiene a todos en estado de stand by a la espera de noticias definitivas. Lo que se puede controlar, merece preocupación, y se está gestionando en los timmings adecuados; dejémoslo en manos de la ciencia y a los profesionales de la salud. Mientras tanto, la plantilla azulgrana no debe estar preocupada en lo que ya no controla; sino ocupada en lo que toca; hay que volver al trabajo.

Un suceso como éste causa un impacto emocional a corto plazo que ayuda a cohesionar aún más la plantilla a nivel humano y deportivo, ya que, por un lado aparece un incentivo más por el que luchar, y por otro, relativizas tus propios 'problemillas' diarios al darte cuenta, que por encima de todo la salud y la vida priorizan nuestros valores y nos 'acercan' de manera consciente o inconsciente a todas las personas que sufren este tipo de desgracias. En cambio, a medio plazo, no tiene efectos en lo deportivo, como se ha demostrado en otras ocasiones. Para superar esta patología se necesita tranquilidad, perseverancia y actitud positiva y en esto, Abi, es un balón de oro.

Oliver Martínez es psicólogo deportivo.