¡La Caja debe ser Mágica!

¡La Caja debe ser Mágica!

La lógica no existe en un deporte que anoche nos ofreció emociones maravillosas. Ver al Power Valencia resistirse a su suerte y forzar un desempate en Madrid con un juego electrizante, nos recordó que aquí el peso de la historia vale lo justito. Que se lo digan al Barça de Pascual, el actual campeón, que ya no podrá defender su corona europea ante su público. Batacazo sin paliativos que permitirá a madridistas y valencianos soñar durante siete días con ser el representante made in Spain de esa Final Four más abierta que nunca. Los anfitriones lo verán en la grada...

El factor cancha no asegura nada (el Panathinaikos lo demostró en el Palau, el Maccabi en Vitoria y el Siena en Atenas), pero es evidente que para el titubeante proyecto recién nacido de Lele Molin se presenta una oportunidad histórica, con 12.000 fieles atronando el barrio de San Fermín con su aliento. La Caja Mágica debe hacer honor a su nombre y justificar su polémica designación como cuna del basket madridista. El Power tiene suficiente ídem para hacer la machada, pero me da que entre el talento juvenil de los Tomic, Llull y Mirotic, y las tablas y bemoles de Reyes, Prigioni y Carlos Suárez debería servirle al Madrid para vivir el jueves una noche mágica en su caja. El baloncesto ha ganado en credibilidad con todo lo sucedido en lo que va de Euroliga. Aquí nadie ha ganado por decreto. El que se lo ha currado, ha obtenido máximo premio. Y el que cante victoria el jueves, irá lanzado a Barcelona...