Con sus cuatro goles en Sevilla, Cristiano se ha lanzado a la conquista de algo grande. Podrá, de una tacada, consagrarse como máximo goleador de la Liga, alcanzar los 38 tantos de Zarra y Hugo Sánchez y conquistar la Bota de Oro. A Cristiano le queda una carrera de 270 minutos en la que hará valer sus cualidades de gran jugador y su demoledor espíritu ganador. El crack no estará solo. En su contra tendrá a un peligroso perseguidor que aspira a lo mismo. Pero, a su favor, tendrá a Mourinho, a sus compañeros y a todos los madridistas que le darán su apoyo. Necesita, además, que no surja ninguna lesión.

Tiene a su alcance una gran oportunidad y no le queda otra que hacer un último esfuerzo para no desperdiciarla. Es un tren que pasa y que hay que coger. Y aunque sepamos que su carrera durará todavía varios años, nadie puede garantizar que se repita otra ocasión como ésta de hacer historia. Cristiano preferiría ganar la Liga y/o la Champions, pero lo que aún está en juego es importante para él, para el Madrid y para el fútbol de los países ibéricos.