El fútbol de las tomas falsas

El fútbol de las tomas falsas

A veces lo mejor de los partidos son las tomas falsas, esas escenas que ocurren después de los encuentros o que se producen mientras se está jugando el partido, pero tienen lugar en las bandas. En este Barça-Espanyol las cosas fueron tan cordiales que, en lugar de un partido de la máxima rivalidad local, parecía un encuentro de iguales que estuvieran celebrando el final de un curso complicado que les salió bien. Por eso, las tomas falsas son tan instructivas y tan ilustrativas. Se tomó el partido en serio Iniesta y se lo tomaron en serio también los entrenadores; Pochettino y Guardiola tienen, cada uno por su lado, el gen del aficionado del equipo al que entrenan, por eso resultaba tan entretenido verle celebrar los goles, en el caso de Pep, y verle deplorar decisiones arbitrales, como en el caso de Pochettino.

En medio de la armonía que había en el escenario verde, Iniesta se convirtió en el martirio del Espanyol. Él se ocupó de que el Barcelona jugara con lo que tiene en la memoria y, aunque el resto de sus compañeros no estuvieron a su altura, él continuó manifestando esa gran calidad de enlace que le sitúa en el primer lugar de los futbolistas de la noche.