En el minuto 47, Benzema anotó el 3-1 pocos instantes después de que Corona estrellase un balón en el palo que, tranquilamente, podía haber sido un 2-2. Resulta escalofriante que un equipo, por muy colista que sea, y por mucho miedo escénico que produzca el Santiago Bernabéu, termine zarandeado, despidiéndose tan lastimosamente de la Primera División, sumándose al homenaje a la cuarentena de Cristiano y al pasillo para Dudek.

La deplorable temporada del Almería ha sido de fogonazos. Algún chau-chau y eterno riau-riau. Las broncas del presidente, Alfonso García, en el vestuario; los cambios de entrenador, las súbitas bajadas de brazos, la dejadez de un colectivo con más talento de lo que ha dictaminado su clasificación y el bochornoso tramo final de anoche en Chamartín. El Almería se va con mucha pena y nula gloria. García debe reflexionar si no quiere que le pase lo mismo que al Tenerife...