Al final llegó el milagro

Al final llegó el milagro

Jugar acomodados tiene un riesgo y jugar con miedo conduce a la tragedia. El Mallorca quiso jugarle al Atlético desde el inicio, pero no sólo no pudo sino que en dos acciones idénticas Agüero y Juanfran adelantaron a los rojiblancos dejando al Mallorca como un flan. La grada no daba crédito, los jugadores entraron en situación de pánico y en el banquillo se respiraba una impotencia absoluta. Llegó el tercero, recortó distancias el Mallorca y sólo quedaba algo por hacer: centrarse en el Carrusel Deportivo y esperar que en el resto de encuentros con equipos implicados un milagro resolviera el drama.

Agüero y De Gea, uno en cada portería, instalaron el miedo en el Iberostar. Y por mucho que Webó y compañía lo intentaran no hubo manera. La solución estaba en Riazor. Y de allí llegó el favor. Al final se consumó el milagro.