El Villarato no respeta ni a los chavales

El Villarato no respeta ni a los chavales

El Villarato no entiende de edades ni de categorías. Los trencillas de Sánchez Arminio tienen un tic reflejo que les lleva a perjudicar al Madrid hasta en el sorteo inicial de campos. En un Bernabéu con un aspecto imponente para la Segunda B (45.000 espectadores sólo caben en cinco estadios de Primera), el tinerfeño Juan Francisco García Cabrera quiso ganar puntos ante sus jefes y se cebó con un Castilla al que le pudo la mala puntería y la presión añadida que sintió al jugar en el escenario en el que horas antes había hecho historia un tal Cristiano Ronaldo. Pero volvamos al ínclito García Cabrera. Con 0-1 perdonó la expulsión de Pina y, mucho más grave, no castigó después una parada antológica de Paco Esteban con ambas manos, dentro del área, en un remate a gol de Fran Rico. Si los penaltis tuvieran voz y boca, éste se habría quejado a gritos porque hay que tener muchas ganas de no sancionar una pena máxima para pasar por alto una acción así. Fue la madre de todos los penaltis, pero el Castilla lleva en el pecho de su camiseta el escudo del Madrid y eso para algunos árbitros resulta 'estimulante'

García Cabrera ya machacó al Castilla en enero de 2010 en un derbi con el Atleti en el Cerro del Espino, no sancionando un penalti clamoroso sobre Juan Carlos y expulsando a Raúl Ruiz ¡que estaba calentando en la banda! El tinerfeño tampoco dejó amigos en Onteniente. Tras un partido en el campo del Sant Andreu, tuvo la desfachatez de meterse en el autobús del Ontinyent para buscar a un jugador que, según él, le había increpado. Alguien que va así por la vida sólo puede prosperar en una organización como la del Villarato. Pobre Castilla...