La calidad se impone en Mónaco

La calidad se impone en Mónaco

Si hay un circuito en el que un buen piloto puede poner lo que le falta a un mal coche, ése es el de Montecarlo. Un trazado de manos, de talento, de arrojo y valentía. Que Ayrton Senna sea todavía hoy el piloto más laureado allí, con seis victorias, refrenda plenamente tal evidencia. Por eso quizá es menos sorprendente de lo que pudiera parecer que Alonso hiciera ayer el mejor tiempo en la pista monegasca. Siempre lo ha hecho bien allí, incluso con el Ferrari el año pasado antes de sufrir un accidente en los entrenamientos libres del sábado, que le relegó al último puesto de la parrilla pero también le permitió exhibirse con una sensacional remontada hasta la sexta posición. Ha ganado en Mónaco dos veces, así que es obvio que el desafío no le asusta.

Por todo ello, las expectativas son más optimistas que en carreras anteriores, pero personalmente prefiero mantener la prudencia. En primer lugar, porque no creo que el 150º Italia haya mejorado sustancialmente en esta última semana (lo que ocurre es que en este escenario sus carencias son menos determinantes) y después, porque estamos ya acostumbrados a un arreón de Red Bull, sobre todo en calificación, que puede comprometer nuestras esperanzas. Una de las claves puede ser que realmente Pirelli haya creado un compuesto superblando que sea más aprovechable por el Ferrari; si es así, quizá entonces la calidad incuestionable de Alonso resulte suficiente para poner en apuros a quienes hasta ahora se han revelado intocables.