El premio de tumbar al Madrid

El premio de tumbar al Madrid

Villa vino al Barça por noches como la de ayer. Mascherano peleó hasta el infinito con el fin de liberarse de la prisión de Anfield y demostrar que sabe jugar a esto. Adriano, asentado en el Sevilla, no dudó ni una milésima de segundo en hacer la maleta y emigrar al Camp Nou. Más o menos como Afellay, cansado de las mañanas, tardes y noches grises de Eindhoven, donde el sol más cercano es el del Canal Viajar, en un documental de Canarias o Menorca.

Cuatro fichajes que no evitaron un áspero debate de inicio de temporada sobre la configuración de la plantilla. Guardiola recibió varios mamporrazos tras el tropezón ante el Hércules en Liga (0-2) y a Rosell se le pudo ver alguna duda cuando la tormenta mediática generaba dudas sobre el equipo que ayer se coronó, de nuevo, como campeón de Europa. De manera merecida, por mucho que se diga, se escriba o se comente. Lo que ustedes quieran. El equipo de Pep rompió el molde, grapó la autoestima en los momentos complicados y hoy vuelve a salir de celebración por la capital catalana, después de la desproporcionada actitud de los Mossos con los indignados. Eliminar al Madrid tenía doble premio: uno ya se celebró y ayer se corroboró; son los mejores de Europa.