Bienvenido el perfil bajo de Laso

Bienvenido el perfil bajo de Laso

Pablo Laso no entusiasma a la afición del Madrid. El 70% no lo considera el entrenador ideal para el equipo. Entra dentro de lo normal. Laso es un técnico de perfil bajo. Mas precisamente porque no es mediático, lo mismo se puede considerar una virtud dado el giro que ha tomado el baloncesto. El baloncesto está actualmente secuestrado por los entrenadores. En los grandes equipos son las estrellas, porque la televisión les ha dado muchos minutos. Y tienen el control absoluto de los partidos, porque en cada uno de ellos toman no menos de cincuenta decisiones. Los jugadores han pasado a tener un papel secundario. Alguna vez llegué a escuchar que un entrenador de los de ahora jamás permitiría que un jugador le ganara un partido.

Por eso la decisión de fichar a Laso quizá sea buena. Que los protagonistas sean los jugadores, no el entrenador. Laso está acostumbrado a aprovechar los recursos en una plantilla muy corta. No ha tenido margen para volverse loco ni para buscar el lucimiento. Queda por saber cómo encajará en un grupo de jugadores gallitos. Los del Madrid no son los del Lagun Aro. Algunos escupen por el colmillo; otros tienen objetivos muy ambiciosos. Mas Laso sabe dónde se mete. Ya estuvo en el Madrid, y no precisamente de paso, aunque apenas se recuerde. Se alternó con Antúnez en la dirección de un equipo donde estaban Herreros, Arlauckas y Bodiroga. Quince años después se encuentra ante la oportunidad de, esta vez sí, dejar recuerdo en el madridismo.