Esto es América, la tierra de las oportunidades", recuerda a los perdedores la mega-maquinaria de Hollywood cada minuto. A Estados Unidos, es curioso, se ha marchado Pepe Mel este junio para quitarse en el Grand Canyon el estrés de un año de locos que, en sí, ha sido el más bonito de su carrera deportiva. Y en Estados Unidos se tapó, con discreción, Miguel Guillén los días antes de ser elegido presidente del Betis. Él ya lo sabía, pero allí consiguió sentirse menos observado. Y en el anonimato tuvo tiempo para pensar en este Betis normalizado, ilusionante y racional de proyecto a medio y largo plazo.

De este Betis hay cosas que gustan menos. Los rumores de ERE, alimentados por un extrañamente endiosado por el entorno Bosch, no la hacen buena imagen al club aunque sea una trampa legal más de la Concursal. O también que el Betis, precisamente por eso, no pueda jugar en Europa. El fútbol son sueños y así se cercenan. Sería interesante saber qué opina el socio verdiblanco si el Betis quedase sexto Otras cosas, mientras, se mejoran. Por ejemplo, el talante. La filtración del asunto Alfaro no ha gustado porque las relaciones Sevilla-Betis se consideran sagradas. Otros y mejores tiempos. Y la política de fichajes de Stosic: Chica, Mario, Fabricio, Matilla, Jefferson, Chico Todos conocen la Liga. Ninguno de campanillas, pero ninguno sin identificar. Esa crudeza de cine europeo es coherente con esta realidad. Los sueños son para Hollywood.