No hay muchos medios que puedan jugar con exquisitez y recuperar con eficiencia. Pero aún es más raro que un futbolista que acaba de fichar por el Madrid se muestre humilde y cabal. O Sahin nos está engañando o tiene muy claro que el trabajo en su nuevo equipo le hará seguir creciendo. Mourinho presume, y con razón, de optimizar el rendimiento de los grandes jugadores. Me consta que le haría feliz ayudar en esa faceta al Kun. Como me consta que su apuesta personal por Sahin es porque conoce el margen de mejora que tiene. Para ello es fundamental que no se lo crea. Y motivos le dan. Internautas de toda Europa le acaban de elegir como el mejor talento joven.

Pero sus declaraciones apuntan a que ya se ha olvidado de que en el Dortmund era la figura. Conoce su nuevo rol. Y lo asume. Aún están recientes ejemplos de promesas que fueron devoradas por el vestuario blanco. Al margen de los que faltan por llegar, que serán jugadores de ataque, la competencia por los tres o cuatro puestos del centro será brutal. Xabi Alonso, Khedira, Di María, Özil y Sahin. Todos internacionales. Y en el Madrid, de entrada, sobrará uno e incluso dos en muchos partidos. Sahin lo sabe y no quiere quedarse atrás.