Sevilla: era renovarse o morir

Sevilla: era renovarse o morir

Bueno, pues ya está Marcelino en la Ciudad Deportiva, donde se fabrican campeones del mundo. Un buen entrenador, sin duda, ante el reto más grande de su carrera. Está hecho el Sevilla con cabeza. Monchi tenía un cubo de Rubik en invierno pero ya lo ha resuelto y le salen los colores. Guarente aterrizó el verano pasado pero cuenta como nuevo. Después de Rakitic y Medel han llegado Manu, Coke y Trochowski. La compra de Cáceres es un acierto y a Spahic, un desconocido para el pequeño público, le va a tocar el papel de tipo duro. Falta el regalo, seguramente Giovani. Pero eso habrá que madurarlo más. El único asunto espinoso en este Sevilla de nuevo ciclo era la continuidad de Kanouté. Pero era una herejía cuestionar al malí por su adaptación o no a los rigores tácticos del entrenador. En todo caso, será Marcelino quien se adapte a la leyenda.

Y así, limpio, empieza el Sevilla. Porque es un Sevilla nuevo, en el que se han movido más puestos. Hay entrenador nuevo, ayudantes nuevos, delegado nuevo y habrá jefe de los servicios médicos nuevos. Del Nido se ha tomado muy en serio lo del cambio de ciclo. Era renovarse o morir. Es un equipo que ha levantado expectativas porque está lleno de juventud y hambre. En realidad, el Sevilla no tiene por qué justificarse por sus resultados de los últimos años. Ha ganado una Copa hace un rato y no falla a Europa. Era más una cuestión de sensaciones. De divertir, ilusionar, volver a ser un avión jugando. Y ahí va.