Las caídas en el Tour siempre son una lotería

Las caídas en el Tour siempre son una lotería. Contador no tuvo ninguna en las tres ediciones que ganó y en esta ya se ha visto afectado por dos montoneras. O Armstrong, que en el último Tour que disputó no paraba de estar en el suelo, cuando antes nunca sufrió un accidente, incluso cuando cayó Beloki se metió campo a través y tampoco cayó. Cierto que a veces los accidentes llegan por despistes, pero la mayoría de los ciclistas profesionales que están en el Tour dominan perfectamente la bicicleta y es raro que cometan un error. Si hoy se han producido tantas caídas ha sido porque las carreteras eran estrechas y, sobre todo, porque el ritmo no ha sido muy alto. Al rodar más lento la gente se apelotona y es más fácil que, con cualquier frenazo o imprevisto, ocurran los accidentes. Lo malo es que el que ha caído sufre en la bicicleta, en la mesa, en la ducha y hasta en la cama.

Echo un poco de falta a Freire, pero no nos podemos quejar. En etapas como estas hemos visto a Contador hacer segundo y a Rojas peleando todos los días. Ayer fue tercero y está peleando bravamente por el maillot verde, lo que tiene un gran mérito, pues son muchos y de calidad los velocistas que buscan esta prenda. Además ayer recibió un puñetazo de Petacchi en el último kilómetro. Hecho que me extraña, pues el italiano es un ciclista muy correcto. Pero se ve que es mucha la tensión de los kilómetros finales. Y también vimos otra vez como Iván Gutiérrez se metía en la escapada del día. De cuatro etapas posibles, ya lleva dos aventuras.