Y Lastras dejó de ser gregario

Y Lastras dejó de ser gregario

El ganador de la etapa de ayer, Pablo Lastras, es uno de los ciclistas más queridos y respetados en el pelotón mundial. Lleva muchos años sacrificándose para su equipo, desde su época de aficionados en el equipo Banesto. Es uno de los mejores gregarios que hay en el pelotón y a mí me ha hecho una gran ilusión su triunfo, no solo por ser un buen deportista, sino por su forma de ser. Se trata de un ejemplo a seguir. Nunca ha montado un escándalo ni subido en una bicicleta ni fuera de ella.

A pesar de ser un gregario de lujo, ha conseguido triunfos importantes, ya que ganó una etapa en el Giro de Italia de 2001 y otra en el Tour de Francia de 2003. Con la victoria de hoy, se trata de la primera etapa que gana en la presente Vuelta a España y la tercera en todas las rondas españolas que ha disputado. Esta vez, su recompensa es mayúscula: el maillot rojo de líder. A Lastras, de 35 años, nadie le ha regalado nada en su vida profesional y siempre se ha caracterizado por ser un ciclista con mala suerte por sus numerosas lesiones. Pero la etapa de ayer fue diferente. Él sabía que tenía que atacar en la última subida e intentar llegar solo a meta, porque no tenía opciones si el sprint lo disputaban los cuatro fugados. Pero el ataque del madrileño fue magistral, y aunque Sylvain Chavanel plantó cara, el francés tuvo que desistir porque Lastras era ya inalcanzable. Se trata de un triunfo merecidísimo que no será el último de este corredor que siempre lo da todo para él y para los demás.