Etoo, último negocio del fútbol

Etoo, último negocio del fútbol

El traspaso de Etoo es algo histórico, más allá del aspecto futbolístico. Nunca un profesional ha ganado veinte millones de euros al año de salario y, sobre todo, nunca se ha comprometido por esa cifra para jugar en un club desconocido, sin pasado, sin presente y quizá sin futuro, que no puede regalar Balones de Oro o Champions a nadie. Etoo abre una nueva época para los futbolistas y los clubes para los que el dinero, por primera vez, cuenta más que las ambiciones de triunfo deportivo. Etoo ha elegido el aspecto económico, lo mismo que el presidente Moratti, que no se ha preocupado de sustituirlo con otro delantero del mismo nivel.

Cuando Ibrahimovic se fue del Inter vino en su lugar el propio Etoo. El tiempo ha demostrado que fue un negocio para el club y el futbolista. No solamente a nivel económico, sino a nivel técnico. Ahora el Inter tiene un hueco en la delantera que ni Tévez ni Forlán ni Lavezzi, los candidatos para sustituirle, pueden llenar. Los aficionados no están contentos, no sólo con Etoo, que se ha olvidado del afecto y de sus compañeros, sino tampoco con Moratti, que no ha querido impedir su traspaso. Un negocio es un negocio para todos, pero esta vez afecta a los enamorados del fútbol, a los grandes aficionados.