Caminero y la dureza de su cargo

Caminero y la dureza de su cargo

Caminero está entendiendo lo duro que en el Atlético es ser director deportivo. Se lleva muchos palos que les deberían corresponder al Consejo. Ya lo sufrió en sus carnes García Pitarch o Toni Muñoz, que tuvo que aguantar más de la cuenta, y el proceso sigue igual. En el Atlético muchas veces, y sobre todo en la primera plantilla, priman los directivos por encima de los técnicos. Lo que sí debería procurar Caminero es que le quitaran del duro trago de comparecer ante la Prensa. En sus contestaciones siembra más dudas y aclara pocos puntos oscuros. El equipo ya está cerrado y ahora su principal obligación es la de reorganizar un departamento que en el nuevo organigrama colchonero tiene que ser fundamental en el futuro. La presencia de Jorge Mendes provoca muchos interrogantes en el apartado de los nuevos jugadores, como es el caso de Falcao y aquí tendría que ser Miguel Ángel Gil el que diera las explicaciones oportunas. Tampoco es un pecado mortal pedir un crédito a un fondo de inversión si es para traer a jugadores de la categoría de Falcao, Diego y Arda Turan.

La dirección deportiva tiene que dedicarse a mirar partidos, estructurar la cantera, seguir a jóvenes promesas y tener amplía información del mercado internacional. Pensar en luchar con los grandes de Europa con las posibilidades de la tesorería rojiblanca es una estupidez. Caminero y su gente tienen el reto de descubrir nuevos Kun Agüero para el futuro. Este es el camino para la supervivencia de la entidad. Comprar barato y vender, si procede, muy caro. Caminero está descubriendo un nuevo mundo y alguien le debe explicar que el Atlético es un reto muy complicado.