Segundo gran partido de la Selección en el Eurobasket. El primero fue el jugado contra Lituania; el segundo, el de ayer, ante Serbia; aún habría un tercero si se quiere, que sería el ganado a Alemania. La Selección va cogiendo vuelo y seriedad según se acerca a la fase final. Nuestro juego interior impresiona. Con dos pivots titulares que aseguran los 40 puntos por partido es difícil perder. Ayer los Gasol sumaron 46, su récord en este campeonato. Un buen pivot, de siempre, mete de 20 puntos para arriba; el segundo, casi. El baloncesto estratégico, el de las rotaciones porque tocan y el de los debates numéricos (el 2 pero que es un 1,5, o el 4 abierto porque es un 3,5) han complicado un juego mucho más sencillo de como nos lo quieren presentar.

Fíjense si nos lo querían complicar que el debate del verano fue si los Gasol podrían jugar juntos. Pues ahí están. Tan firmes que cuando Navarro no las mete, no pasa nada. Y el día que las mete, como ante Lituania, nos salimos. Marc es un jabato y Pau es un fuera de serie. Ahí marcamos la diferencia. Contra Turquía perdimos y no estuvo Pau. Ayer barrimos a Serbia, nuestro verdugo en el Mundial, y la diferencia es que ahora estaba Pau. Si hay problemas, balones a él o a su hermano. Ayer, 46 puntos entre los dos, contra Polonia fueron 45, contra Alemania 43... Con dos pivots de verdad hay mucho camino recorrido. Y pensar que hay equipos de los grandes que han fichado como figuras a pivots con 6 puntos de media... El Madrid entre ellos. Así le ha ido.