Cobo se dispone a ganar la Vuelta... si Froome no le saca tiempo en las bonificaciones. Ambos están separados por 13 segundos y las bonificaciones de la última etapa permitirían neutralizar esa diferencia. No es fácil, tampoco previsible, pero cuando esta Vuelta se está decidiendo por las bonificaciones no hay motivo alguno para que Froome las desprecie el último día. Al fin y al cabo, si Cobo es líder lo es matemáticamente por los 52 segundos de bonificaciones que ha ido recogiendo, 30 más que Froome, aunque sus méritos se presenten mayores gracias a su primer puesto en el Angliru, su segundo en la etapa de Ancares y su tercero en La Covatilla, pero la diferencia real con respecto a su rival no le daba para llegar de rojo a Madrid.

Ante ello se abre un debate muy lógico sobre las bonificaciones. Si no hay grandes diferencias, como ha sido el caso de esta Vuelta, aseguran etapas disputadas y pocas escapadas consentidas, porque los líderes necesitan de esos segundos; al mismo tiempo, con las bonificaciones es muy difícil que una gran vuelta tenga un ganador que no se haya adjudicado una sola etapa, que casos hay. Por otro lado, las bonificaciones estimulan un ciclismo más táctico, lejos de las grandes gestas, porque el control de la carrera y la labor de equipo adquiere mayor relevancia que el esfuerzo individual. Pero dicho esto, si las bonificaciones van a decidir la Vuelta será por una cuestión de igualdad, no porque intrínsecamente sean malas.