Cómo se te queda la cara

Cómo se te queda la cara

Guardiola dijo el otro día que después de un empate (y el Barça ha empatado estas semanas siempre a dos) se te queda cara de tonto. No siempre. El Barça de anoche pudo haber perdido en la primera parte y pudo haber ganado en la segunda; y nunca le perdió la cara al partido. A veces fue tan indeciso su dibujo que pareció un cuadro cubista, de Juan Gris o de Picasso, porque los futbolistas subían a destiempo y bajaban cuando ya la suerte estaba echada. Cesc Fábregas puso orden en el dibujo; ese empate (que no puede dejar cara de tonto a nadie) activó al mejor Barcelona, que empezó a jugar como antes de estos empates, según el diseño racionalista, de línea clara, alentado por Pep y los futbolistas que son la base de los ingredientes de este equipo: Xavi, el citado Cesc, y Messi, que ayer no tuvo su mejor actuación y a pesar de eso dio los pases en los dos goles azulgrana.

Lo peor de estos partidos que quedan en tablas no es que no se haya resuelto a favor del que mejor lo hizo, y éste fue el Barça, sino que se presta para que durante una semana la gente converse más sobre los penaltis que pudieron haber que sobre el fútbol que se practicó. El Valencia hizo dos penaltis a Messi; el primero fue escandaloso y el segundo también fue un escándalo. En el partido previo a éste, Valdano dijo en Carrusel que había que dejar de hablar de los árbitros para hablar, tan solo, de fútbol. Hagamos caso al maestro y hablemos de fútbol. Y si hablamos de fútbol en este caso no se nos puede quedar cara de tontos.