Ni el calendario tiene que cambiar el modelo por el que ha apostado el Atlético de esta temporada. Manzano tiene que corregir cosas, pues a veces parece que seguimos en plena pretemporada. Para la cita ante el Granada hay que evitar que Falcao abandone el área y baje al centro del campo. Mario y Gabi deben presionar al rival y Turán y Diego tienen que comenzar a enviar pases a la espalda de los centrales y olvidarse de jugar siempre por las bandas. Hay bases para soñar con logros importantes.
Me asusta que vuelvan los fantasmas habituales y que si no llega un triunfo se desate la caja de los truenos habitual por el Calderón. Tanto Cerezo como Gil Marín no deben perder la paciencia y seguir por el camino emprendido. Hacía años que no se veía por el Manzanares un fútbol de tan altos vueltos. Los rojiblancos no somos resultadistas como los vecinos y lo que buscamos siempre es pasarlo bien cada domingo. Ni siquiera ahora miramos al rival con el que nos tenemos que jugar los cuartos, pues sabemos que si estamos a nuestro nivel podemos codearnos con cualquiera. Lo importante es que cada uno sepa su función y no se vuelva loco: creo que hemos encontrado la senda de los éxitos.