Después de tantos enfrentamientos europeos entre el Real Madrid y el Lyon podríamos pensar que no hace falta presentar de nuevo al rival que pisará esta noche el césped del Santiago Bernabéu. ¡Grave error! Porque, si la mayoría de los jugadores franceses vistos aquí la temporada pasada continúan en el once titular del OL, lo cierto es que es un equipo muy diferente el que representa ahora a la segunda ciudad de Francia. Después de una década de grandes ambiciones deportivas e inversiones financieras, después de querer ser (y de conseguirlo) el líder absoluto del fútbol galo, el Lyon ha dado un volantazo de 180 grados en su manera de pensar y de funcionar. El presidente Jean-Michel Aulas ha rebajado el listón y ha trasladado la presión al otro Olympique, el de Marsella, y al nuevo rico del fútbol europeo, el París Saint-Germain.

Aunque haya vendido a dos pesos pesados del vestuario como Toulalan (Málaga) y Pjanic (Roma), este Lyon sólo se ha gastado cinco millones de euros en fichajes y, cosa muy sorprendente, Aulas anunció en agosto que el único objetivo del club en Europa esta temporada era superar la fase previa de la Champions. Algo sorprendente para una entidad que, hace dos temporadas, jugaba las semifinales La modestia y la humildad han invadido un club que, a veces, molestaba a los demás equipos galos por sus excesos de soberbia. ¡Y la verdad es que le va muy bien! El exfutbolista Rémi Garde, un hombre de la casa muy querido por la afición, se ha sentado en el banquillo y la paz y la armonía han vuelto al vestuario. Alegría, compañerismo y realismo mandan ahora en el Lyon. Por todo ello, dicen buscar solamente un puntito esta noche en Madrid.