Dios me libre de dudar de las informaciones de un compañero. Si la gente de Superdeporte, que ha mantenido a lo largo de tanto tiempo una relación fluida y diaria con David Villa, escribe que el Guaje y Messi no se llevan, sus motivos tendrá. Ayer Messi lo negó porque daba la santa casualidad de que el argentino tenía concertado un evento (ahora lo llaman así) con Adidas. Evidentemente, hay que darle a Messi tanta credibilidad como al diario valenciano. Para hacernos una composición de lugar, falta la versión del Guaje. A diferencia de los compañeros de Valencia, que mantenían con el asturiano un contacto habitual, Villa sigue siendo un perfecto desconocido para la prensa barcelonesa y, en consecuencia, para la afición culé.

Son las consecuencias de una política de comunicación que bunkeriza al equipo y que aísla a los jugadores de los informadores. Ya me gustaría explicarles a ustedes que lo publicado no es cierto, o que sí lo es. Pero nadie de Barcelona ve un entrenamiento ni habla con Villa, ni le ve en los viajes. Nuestra fuente de información se remite a sus partidas de parchís con Leo que presencia el presidente en el avión.