Tenía yo muchas ganas de que un español ganara el GP de Macao de Fórmula 3. Y Dani Juncadella nos hizo ese regalo hace sólo un par de semanas, refrendando con ello que es uno de los más firmes valores de nuestro automovilismo deportivo. Ayer vino a celebrarlo a AS, reconociendo lo difíciles que están las cosas para estas jóvenes promesas. Da lo mismo que derrochen talento y proyección, cada euro que necesitan para sacar adelante sus planes les cuesta mucho más que arañarle una décima al cronómetro en los circuitos. Es la cruda realidad que le ha tocado vivir a esta generación, que espero no se vea truncada ante tanta adversidad. Y eso que en su caso las perspectivas son realmente buenas, se le ve confiado y es todo un alivio que así sea...

Juncadella tiene las ideas claras, una madurez encomiable para su edad y está en un entorno propicio. La GP2 es su objetivo inmediato y la Fórmula 1, su sueño a medio plazo. En HRT podría tener una puerta abierta como tercer piloto (mucho más allá de que el asesor del equipo, Luis Pérez-Sala, sea su tío) y sería bonito verle algún día probando uno de sus monoplazas. Mercedes confía él, lo mismo que en Roberto Merhi, así que es otro argumento muy a su favor para posicionarle en esa rampa de lanzamiento hacia los grandes premios. Por tener, tiene hasta un patrocinador importante y muy implicado en su proyecto... Por eso sus próximos pasos serán determinantes y es importante que acierte, porque ya sabemos que este tren de la F-1 tiene sólo una parada.