El Milán ha hecho una plantilla para ir a por la Euroliga. Con Scariolo al frente. Y ahora se ve al borde de la eliminación. Ayer ponía en juego prácticamente todas sus posibilidades de seguir hacia el Top-16. Era fácil adivinar que se iba a ver un partido perro. A la italiana. Los últimos resultados en su cancha lo adelantaban: 54-62 ante el Efes y 65-69 ante el Partizán. Un Madrid acostumbrado a ganar con marcadores altos lo iba a tener difícil esta vez. Y más que se lo puso aún el propio Laso al contar con Suárez casi todo el partido. Jugó 24 de los primeros 26 minutos. Ante Scariolo tuvo más minutos que nunca. ¿No quería un partido perro? Lo tendría. Y con Suárez en la cancha, el jugador al que el seleccionador dejó su moral bajo mínimos.

Laso lleva toda la temporada tratando de recuperar a Suárez, un gran jugador en el Estudiantes que se ha ido diluyendo en el Madrid. Scariolo le acabó por rematar este verano al prescindir de él, por tercera vez, tras haberle seleccionado. Pues ayer Laso dejó libertad a Suárez para que se vengara. El equipo perdería potencia de ataque con él, pero a cambio cerraría espacios al Milán para ganarle en su propio terreno. Una prueba de fuego arriesgada, pero de la que salió fortalecido el Madrid y, sobre todo, Suárez, quien sin hacer nada del otro mundo, alimentó su autoestima. Fue, al fin y al cabo, el segundo jugador en contribuir con más minutos a la victoria del Madrid. Y él sigue adelante; Scariolo, en cambio, lo tiene muy difícil.