Cristiano, indiscutible y criticable

Cristiano, indiscutible y criticable

Una pregunta de un periodista sobre la falta de eficacia de Cristiano en los lanzamientos de falta provocó una respuesta desmedida de Mourinho en la víspera. "Otros no hacen en cinco años lo que él en uno. ¡Qué cosas!". Pues bien, el portugués ha hecho un blanco de 31 lanzamientos esta temporada. La pregunta, pues, no tenía apariencia de improcedente. Sí lo parece, en cambio, la sobreprotección del técnico a un futbolista que no la necesita. Es Balón de Plata, metió 40 goles en la pasada Liga, 21 en ésta y no se discute su enorme valor.

Pero Cristiano también tiene días malos, como ayer, en que se manejó durante la primera mitad sin soltura, con un aire tristón y deprimido. Aún así, en su peor día, pudo partir en dos el larguero con su misil tierra-palo que preludió el 1-2. Sin embargo, perdió doce balones y sólo despertó con el equipo a favor de obra. Estuvo mal, en definitiva, como casi nunca, un derecho que puede permitirse amparado en su estupenda carrera. Pero él no se lo permite. Si falla, lo disimula, cuando no lo niega. Y si no se atreve, ahí está Mourinho para negarlo por él. No sé si es una sobredosis de autoexigencia o de autoestima. Lo que sí sé es que al Bernabéu no le gusta y éste sí que no disimula. Y acaba por sospechar que la defensa a ultranza de Mou no está amparada en la convicción sino en la reafirmación de un lobby portugués. Y eso estropea la relación entre la afición del Madrid y el mejor jugador que yo he visto con su camiseta.