La diferencia de tener un plan o no

La diferencia de tener un plan o no

Era el duelo más equilibrado de cuartos y cayó el cabeza de serie. El derbi andaluz de la Copa inflamó por fin un pabellón que aún no había encontrado la magia del torneo. Y no por los piques en la grada, escasos por la reducida presencia sevillana, sino por la explosión de decibelios de la mayoría baskonista a ocho minutos para acabar. El pabellón al unísono empezó con el desfile de color y cánticos. Y se pensó en el débil. Jamás habrá tenido el Fuenla tantas gargantas a su favor. Los coros pusieron hilo musical a la sinfonía sevillana sobre la pista, a un equipo de todo menos cívico con los contrarios, pues los deja maniatados, sin circulación de balón. El Banca Cívica se llevó el partido porque supo dónde estaba y a qué jugaba.

Había un plan. Rubio se vengó de sus ex y no permitió entrar en escena a Freeland hasta el último sorbo. Plaza sirvió sus habituales trampas tácticas y diez jugadores verdes cometieron al menos una pérdida. De locos. Es un equipo al que le falta el último hervor, que corre a lo que marca Valters, base que adolece muchas veces de concentración. Ante eso, el cuadro hispalense corrió cuando hacía falta y frenó cuando el guión lo requería. Unicaja salió con taquicardias y después se atropelló; sólo tomó la iniciativa a la desesperada y su racha negativa, curiosamente coincidiendo con la salida de un apesadumbrado Saúl Blanco, hace pensar que algo raro pasa. Este grupo va a ser el juez del Top-16 para Madrid y Bilbao. Bufff.