Una Copa que avala a un buen proyecto

Una Copa que avala a un buen proyecto

Llegó la Copa por sorpresa y no pudo hacerlo en mejor momento. Porque las palizas ante Siena y Bilbao habían abierto la caja de Pandora del Madrid de baloncesto, que contiene tres grandes males: prisa exagerada, un pasado tan glorioso que asfixia proyectos y mandíbula de cristal. Alguno se ofenderá, pero se da un curioso aire al Atleti de fútbol. Y, por eso, esta Copa es una noticia magnífica para el Madrid más allá de la alegría del aquí y el ahora.

Porque el proyecto de Sánchez y Herreros es bueno. Bueno y valiente. Con sus lagunas, pero con un futuro brillante si se le permite seguir creciendo. Sus ideólogos han asumido riesgos que les han podido costar el puesto. El primero, apostar por Laso. Decir que fue un fichaje de perfil bajo es generoso y, tras unos primeros meses estupendos, dos derrotas duras bastaron para que se volviera a dudar de su capacidad. En la final ganó holgadamente el duelo táctico a Xavi Pascual, un gran técnico, y dio gusto ver jugar a su Madrid. Espero que el debate esté zanjado.

Luego está el tema Rudy. Los puristas lo tildaron de fichaje circense, pan para hoy y hambre para mañana. Pero es lo contrario. Pan hoy (dio personalidad a una plantilla incipiente, vendió abonos y reactivó a la afición) y caviar mañana. Súmenle a este joven bloque a una estrella así y a un cinco duro y tiene todo para pasar de ser un muy buen equipo a uno excelente. Está cerca. Merece tiempo.