Triunfar para quedarse

Triunfar para quedarse

El informe de resultados de los últimos ocho años sitúa al Atlético de Madrid por detrás de Valencia, Sevilla y Villarreal, perfilando y coloreando a un equipo más bien de media tabla que de repente se aupó al cuarto puesto en la temporada 07-08. Diez años después se regresaba de esta manera a la gloria de jugar Champions y convivir con los mejores de Europa arrancándose del alma ese debe de pertenencia histórica.

Pero cómo entender que en mayo de 2008 se asegurara la cuarta plaza, en mayo de 2010 se ganara la Europa League y ese agosto se conquistara la Supercopa de Europa sin que esos chorros de éxito se unieran a la concepción o consolidación de un proyecto. Jugadores y entrenadores han seguido entrando y saliendo con frenesí, en aparente búsqueda continua de soluciones, en forma de embrollo y artificio permanente. Si fracasa se cambia y si triunfa, también. Sólo permanecen cinco de los 14 jugadores que participaron en el éxtasis de hace un año y medio contra el Inter y sólo uno, Godín, es titular. Este año la imagen y el juego de los dos últimos meses apuntan a final feliz, al menos en el ánimo de jugadores y aficionados. Neptuno quiera que estemos hablando de hormigón, piedras y pilares de una construcción alta y resistente, por borrar así para siempre transacciones y tejemanejes que te cambian para dejarte en el mismo lugar.