Sí a crecer, pero sin mentiras

Sí a crecer, pero sin mentiras

Bueno, pues ya se ha puesto la maquinita del Betis 2012-13 a funcionar. Nombres interesantes, un trabajo, ilusiones. Y seriedad. La que transmite Miguel Guillén en el discurso y que se mezcla con la ambición de Mel, que después de dos temporadas sobresalientes no para y es receptible a crecer, siempre con la sostenibilidad debida, a la velocidad del club. Dentro de unos años se valorará el trabajo que ha hecho Mel con el Betis. Es cierto que le ha ayudado el aura especial que rodea al club y su idiosincrasia única, pero lo que heredó fue un equipo y una institución hechos un trapo. Estos días, sin embargo, se habla del entorno y de sus ambiciones. El entorno en el Betis, una pura entelequia, se sobredimensiona. Sólo depende de la fuerza que le otorgan los altavoces mediáticos. Ese es el verdadero entorno. Su influencia es relativísima. Su poder, nulo.

Más de un osado exige que la entidad pelee por algo más, pero el Betis ya debería saber qué es lo que le ha pasado cuando ha intentado subir los escalones de dos en dos. La caída es espantosa. El Betis no esté en posición de hacerse castillos de colores. Su situación institucional no es definitiva por más que mientras se discute la propiedad de Lopera se va modernizando con cierto éxito. Aún tendrá que atacar el pago de la deuda final y eso obliga a mezclar sobriedad y crecimiento. El Betis está obligado a emitir un mensaje austero y de permanencia. ¿O ya no recuerdan los béticos lo mal que les fue con las mentiras?