Villar, baja al césped y sé feliz

Villar, baja al césped y sé feliz

La imagen de Villar estos tres últimos años en el césped del Camp Nou, lanzándose eufórico hacia los hombros del gran Puyol para darle el trofeo de Liga, nos mostraba un presidente extasiado, feliz, casi como si él se sintiese también partícipe de esos títulos. Villar siempre fue un hombre impulsivo y disimula mal sus emociones. Pero al menos debería tener un consejero que le haga ver que cuando toca torear en la 'otra' plaza, el Bernabéu y el Madrid, tiene que comportarse igual y hacer de tripas corazón.

Me cuenten lo que me cuenten, si Villar quisiese bajaría este domingo al césped del Bernabéu a las diez de la noche y podría entregar a Casillas esa Liga 32 que pulverizará todos los récords. Lo del palco suena a camuflarse para evitar una presunta pitada. Y digo presunta porque al madridismo le empieza a parecer un personaje secundario. Con o sin Villar, esta Liga quedará para los anales. Llegar a los 100 puntos y a los 120 goles es para hacerles la ola varias semanas. Sin rencor, presidente. Como dice mi amigo Rafael Obdulio (¡gran madridista!), "la afición blanca es señorial". Villar, atrévete.