Purito se ha puesto líder del Giro y va a por él. Sería una hazaña ganarlo, porque sólo dos españoles lo han conseguido: Indurain y Contador. No lo tiene fácil, pues está por venir la alta montaña, donde la explosividad de Purito no cuenta tanto, aunque vaya usted a saber, que el ciclismo está cambiando mucho. Los ciclistas que ganan ahora las grandes vueltas son veteranos y llegan a las carreras como alternativa de los favoritos. Recordemos los casos de Evans (34 años) en el Tour y de Cobo (30) en la Vuelta. Purito cumplió el sábado los 33 y se presentó en el Giro en la segunda línea de los candidatos a ganarlo. Reúne, pues, las condiciones para ser el vencedor. De momento es líder. Y que se trata de un buen ciclista, no hay duda. De lo contrario no estaría ahí.

Otra cosa es que no sea famoso para el gran público. Aún le falta ese gran triunfo que da gloria y popularidad. Tiene un buen palmarés, ya ha ganado etapas en las tres grandes vueltas y en 2010 acabó el año al frente de la clasificación mundial, honor cuyo reconocimiento es más valorado por los entendidos que por los aficionados. Es este Giro el que puede cambiar su vida. Hay una penúltima etapa tremenda, con el Mortirolo y el Stelvio en los últimos 70 kilómetros. Los expertos aseguran que es mucha montaña para Purito. Puede que sí, pero en 2008 fue tercero en el Angliru y en 2010, tercero en la Bola del Mundo. O sea que subir, sube. No para ganar, pero sí para estar ahí, administrando la ventaja con la que pueda llegar. Y en eso está.