Plaza, el hombre hermético

Plaza, el hombre hermético

Los títulos de la Liga y de la Copa ULEB conquistados en 2007, en su primera campaña como entrenador madridista, concedieron prestigio y respeto a Joan Plaza, al que aún añoran algunos seguidores merengues, aunque en las dos campañas posteriores no alcanzó ningún trofeo. Ahora, en su tercera temporada sevillana, el técnico barcelonés mantiene su vitola de buen estratega y profesional fiable, pero no ha enganchado éxitos que ilusionen a la afición hispalense, como en las finales vividas con Asa Petrovic o Javier Imbroda.

Plaza, hombre introvertido, casi huraño, está en el grupo cada vez más numeroso de entrenadores obsesionados por el orden y la defensa, algo poco acorde con las preferencias del público andaluz. Dicen que, a la larga, la personalidad de los técnicos se transfiere a sus equipos. Algunos afirman, por ello, que el juego del Banca Cívica aburre a las ovejas, es demasiado destructivo. Y por la misma causa, el vitalista Pablo Laso ha modelado ya un Real Madrid dinámico, caliente y creativo. Estilos contrapuestos en los banquillos­.