Antes de pensar en Kaká e Higuaín, los nuevos propietarios cataríes del Paris Saint-Germain tuvieron un sueño: fichar a Karim Benzema. El número 9 del Madrid encajaba a la perfección en su proyecto galáctico. Es francés, es un goleador del alto nivel y es de origen árabe. Pero su firme acercamiento de hace algunos meses para hacerse con los servicios de Karim recibió la misma respuesta por parte del jugador como por parte del club merengue: "Gracias, pero ¡no!". El exdelantero del Lyon siempre quiso jugar en el Madrid y sabe valorar en su justa medida la suerte y el honor que representa llevar esta camiseta por los campos de España y del mundo.

Karim no aparece como la estrella del equipo y está lejos de los mejores pagados de la plantilla, pero no pensó ni un minuto en el puente de oro y en el trato VIP que le ofrecían desde Francia. Ni en las ofertas que llegaron de Inglaterra y de Italia. Benzema ha encontrado en Madrid a un entrenador que le machaca por su bien y a un club que ama y que le permite alejar cada día más los límites de la excelencia.