No es tarde, si la dicha es buena

No es tarde, si la dicha es buena

Hace un año, Mourinho se permitía hacer bromas sobre la popularidad de Tito Vilanova. Al técnico madridista le faltaba clase pero no base en sus afirmaciones. Realmente, fuera del círculo donde se había movido Vilanova era difícil que le conocieran. Otra cosa era chotearse de su nombre y él, que sabía perfectamente quién era, lo ridiculizase tras atacarle por la espalda . Ciertamente, ese pecado de desconocimiento no podría pasar nunca al revés. Más allá del madridismo, todo el mundo sabe ya quién es Karanka (el de las ruedas de prensa que no le apetece dar al jefe), Rui Faria (el de las tarjetas rojas), Silvino Louro (el que tumbó a Herrerín) e incluso cualquier aficionado del Logroñés sabe quién es el portavoz de Mou. Eso sí, ninguno de ellos le metió el primer gol como entrenador a Vilanova. Al revés, sí. El día que Van Gaal le dio la vara de mando del Barça a Mou en un partido en Lleida, Tito marcó el primer gol a un equipo de Mourinho.

Evidentemente, ese gol en un partido intrascendente no es nada comparado con las gestas del equipo técnico de Mou. Pero lo que sí hay que tener en cuenta es que Vilanova y Mourinho han hecho un esfuerzo por normalizar la situación. Poco importa ahora que fuera el barcelonista quien en su primer día como jefe explicara que "esas imágenes nos perseguirán siempre", a lo que respondió el portugués reconociendo, al fin, que se equivocó ( y no sólo se refería a los seguidores madridistas). Nunca es tarde si la dicha es buena.