La pasada temporada, un catarro de Xabi Alonso hacía temblar los cimientos del madridismo, era sinónimo de drama y un quebradero de cabeza absoluto para el entrenador. El tolosarra tuvo que jugarlo prácticamente todo y llegó al final de la campaña demasiado cargado de minutos y de responsabilidad. Y eso que es un futbolista que se cuida al máximo y ha tenido la fortuna de ser respetado por las lesiones. La llegada de Modric es una gran solución para dar descansos estratégicos a un jugador absolutamente clave en el engranaje de Mou. Sin hacer un gran partido, al croata le bastó con oficio y calidad para aprobar en esa función en un encuentro sin demasiada exigencia.

Pero es que antes, Xabi no podía tomarse un respiro ni en este tipo de partidos en los que el Madrid gana casi sin bajarse del autobús. En los encuentros clave, Alonso seguirá siendo el jefe, pero estos descansos le van a sentar fantástico para llegar a tope cuando se decidan los títulos.